Telefónica, la gigante española de telecomunicaciones con sede en Madrid, ha iniciado negociaciones con los sindicatos para un nuevo Expediente de Regulación de Empleo que podría afectar entre 6.000 y 7.000 trabajadores en España. El anuncio, confirmado el 14 de noviembre de 2025, no es un simple ajuste: es el primer gran paso del plan Transform & Grow 2030, aprobado por el consejo de administración en octubre de 2025 y presentado oficialmente por el presidente Marc Murtra el 4 de noviembre. Y aquí está la clave: Telefónica no solo busca recortar costes. Quiere sobrevivir.
Un balance que se desmorona
En los primeros nueve meses de 2025, Telefónica registró pérdidas superiores a 1.000 millones de euros. ¿La causa? Desinversiones en Latinoamérica, provisiones por activos devaluados y una deuda neta que roza los 26.000 millones de euros. No es un problema de coyuntura. Es estructural. El mercado ya no paga por el modelo antiguo: líneas fijas en desuso, redes obsoletas y una cultura corporativa que tarda en adaptarse. La automatización, el crecimiento de operadores virtuales y la presión regulatoria han convertido a la antigua referente española en un gigante con pies de barro.El consejero delegado, Emilio Gayo, lo dijo claro: los ahorros de costes incluyen partidas de personal. El objetivo: entre 1.500 y 2.000 millones de euros anuales hasta 2030. Algunos analistas, como los citados por Cinco Días, hablan de 3.000 millones. La diferencia no es menor: si se logra, será el mayor ajuste de eficiencia en la historia de la compañía desde su privatización.
El ERE: cómo se hará y quién lo pagará
El plan no es de despidos masivos. Es de bajas voluntarias y prejubilaciones. Eso significa que muchos trabajadores aceptarán salidas con indemnizaciones generosas —el coste estimado del ERE ronda los 2.500 millones de euros brutos—, una cifra que supera el anterior ajuste de 2024, que costó 1.300 millones y afectó a 3.421 personas. En aquel entonces, la media por trabajador fue de 380.000 euros. Ahora, con la inflación y las nuevas normativas laborales, las cifras podrían subir.El calendario es escalonado: en octubre de 2025, Telefónica Móviles será la primera en aplicar el ERE. A principios de 2026, le tocará a Telefónica Soluciones. Y en mayo de 2027, el impacto llegará a Telefónica España, la entidad más grande. La sede de Madrid será el epicentro del cambio, con recortes en áreas corporativas, innovación digital y Movistar+.
El plazo legal para negociar es de un mes y medio. Las partes esperan cerrar antes de finales de diciembre de 2025. Si no, se extenderá hasta principios de enero de 2026. Lo que sí está claro: el ERE no es un gasto. Es una inversión. Y se imputará en el balance de 2025. Por eso, los accionistas lo ven con cierto alivio: limpiar el balance hoy permite pagar dividendos mañana.
Barclays y UBS: el mercado ya no cree en Telefónica
Aquí viene el golpe más duro: Barclays acaba de recortar su precio objetivo para Telefónica en un 18%, hasta 4 euros por acción. Y no lo hizo por un mal trimestre. Lo hizo porque ya no ve catalizadores. "Ya no la consideramos atractiva frente a competidores", dijo el banco en su informe. UBS hizo lo mismo, aunque sin dar cifras. Ambos bancos creen que el plan de Murtra es demasiado vago. Demasiado centrado en recortes, poco en innovación. ¿Dónde está la estrategia de 5G? ¿Y la apuesta por la nube empresarial? ¿Por qué no se vende más rápido la filial en Brasil?La respuesta, para muchos analistas, es simple: Telefónica ya no tiene tiempo para jugar. Tiene que ganar liquidez. Por eso, también anunció un recorte del dividendo a 1,3 euros por acción para 2026 —desde los 1,6 euros anteriores— y vinculó las futuras remuneraciones al Free Cash Flow. Es decir: no pagarás dividendos si no generas efectivo. Es una señal dura, pero realista.
El fantasma de Álvarez-Pallete y el espejo de 2024
El anterior ERE, cerrado el 3 de enero de 2024, fue una maniobra estratégica del entonces presidente José María Álvarez-Pallete. Consolidó pérdidas de la filial británica con provisiones del fondo de comercio, dejando un balance "limpio" para 2024. Las pérdidas de 2023 (892 millones) cayeron a 48 millones en 2024. Pero fue un espejismo. La empresa seguía perdiendo clientes y rentabilidad. Ahora, Murtra no tiene ese lujo. No puede esconder nada. Todo se ve: las pérdidas, la deuda, los recortes.¿Qué sigue? La lucha por la supervivencia
El plan Transform & Grow 2030 también incluye reducir un 25% los costes del centro corporativo, descentralizar decisiones y eliminar capas de gestión. Pero sin inversión en tecnología, sin una nueva propuesta de valor para los clientes, todo esto será un esfuerzo inútil. Los trabajadores que se vayan no serán reemplazados. Los que se queden tendrán que hacer más con menos. Y los accionistas… seguirán esperando que el dividendo vuelva a crecer. Pero ¿cuándo?La pregunta que nadie se atreve a hacer en voz alta: ¿es Telefónica aún una empresa española, o ya es un activo financiero en manos de fondos de inversión?
Frequently Asked Questions
¿Cuántos empleados perderá Telefónica en total con este ERE?
Entre 6.000 y 7.000 trabajadores en España, según fuentes internas. El ajuste se aplicará por etapas: primero en Telefónica Móviles (octubre 2025), luego en Telefónica Soluciones (inicios de 2026) y finalmente en Telefónica España (mayo 2027). No se descartan más recortes en otras filiales europeas o latinoamericanas en el futuro cercano.
¿Por qué Barclays dejó de ver a Telefónica como una inversión atractiva?
Barclays considera que el plan de Murtra carece de catalizadores claros: no hay una estrategia convincente para competir en nube, 5G empresarial o servicios digitales. Además, la empresa sigue dependiendo de ingresos de telefonía fija en declive. El recorte del precio objetivo hasta 4 euros refleja la desconfianza en su capacidad para generar crecimiento real, no solo recortes.
¿Cómo afectará esto a los empleados que se quedan?
Los que permanezcan enfrentarán mayor carga laboral, presión por eficiencia y menos recursos. Se espera que se reduzcan departamentos de soporte y se centralicen funciones en centros de operaciones. Además, el plan de retribución vinculado al FCF significa que los bonos y compensaciones dependerán directamente de los resultados financieros, no del tiempo trabajado.
¿Se recuperará el dividendo en el futuro?
No antes de 2028. El plan establece que los dividendos a partir de 2027 se vincularán a indicadores de desempeño, incluyendo el cumplimiento de compromisos con empleados. Esto significa que, aunque se ahorren miles de millones, el mercado exigirá crecimiento sostenible antes de permitir aumentos. La recuperación del dividendo no es una promesa: es una recompensa por resultados reales.
¿Es este ERE el último que hará Telefónica?
Probablemente no. La empresa tiene más de 100.000 empleados en todo el mundo, y su modelo sigue siendo costoso. Si no logra crecer en servicios digitales y no vende activos no estratégicos, nuevos ajustes serán inevitables. El ERE de 2025 es el primero de una serie. La pregunta no es "si habrá más", sino "cuándo".
¿Qué pasa con la deuda de 26.000 millones de euros?
La deuda sigue siendo el mayor riesgo. Aunque los ahorros del ERE ayudarán a mejorar el flujo de caja, no basta para reducirla significativamente. Telefónica necesita vender activos —como su participación en Oi en Brasil o su red de fibra en Alemania— o emitir nueva deuda con tasas más bajas. Sin una estrategia de desapalancamiento clara, el mercado seguirá desconfiando, aunque recorte 10.000 empleados.